2012년 10월 12일 금요일

Galletas de la fortuna




Cada vez que voy a un restaurante chino lo que más me emociona no es la comida.. sino ese ambiente misterioso y a la vez observar la grandiosidad... una muestra a pequeña escala del enorme país, con esa cultura rebosante y de incontables años. Observar el alto techo cubierto con matices orientales, las puertas de oro, las imágenes que rememoran y conmemoran su orgullosa historia y las mesas que giran. Las mesas que giran son lo más divertido. Nadie lo puede negar.

Luego de preparar el estómago con un sorbito de té, empezamos a comer y sentir un fuerte choque en el paladar: sabores exuberantes, picantes, aceitosos, dulces, ácidos... Una extraña maraña de sentidos que se interponen pero trabajan juntos para darte el... máximo placer... 1313 (uff.. de verdad no puedo pasar 3 líneas de seriedad..)

Cuando ya se comió todo, cuando ya la alegría parece que está en su máximo pique, llega el último elemento. La sustancia x. El color y la magia... La galleta de la fortuna!

Ese momento cuando esperas impacientemente luego de la cuenta... Y cuando llega tienes un montón de pensamientos en la mente... ¿Cuál me tocará? ¿Qué dirá? ¿Será que tendré la suerte a mi lado? Ya en las manos, que tiemblan un poco, no resistes esa tentación de esperar para el otro momento porque estás muy lleno para encontrarte con el papelito. Con precaución cortas ese plástico que interpone tu suerte contigo y rápidamente te olvidas de él. 

¿Qué dirá?

Tus manos sujetan con suavidad esa frágil galleta. Sabes que son unas galletas cualquiera hechas en China. Además, ni fueron inventados por los chinos. Fueron unos capitalistas de San Francisco o Los Ángeles que se apoderaron dela marca. Sabes que no es nada importante. Sabes que sólo es una diversión. Sabes que es mentira.... pero...

Crack

El papel se asoma tímidamente... Su letra impresa es muy chica para que puedas ver todavía. 

Dudas.

¿Y si sale algo que no me gusta? ¿Y si... sale que yo voy a morir? Sabes ya, esos orientales saben de todo

Pero estos son milésimas de segundos. Separas, un poco sádicamente, las dos partes de la galleta. Ésta se abre como si se abriera un cuerpo revelando sus órganos: 

el papel



"Relájate y disfrútalo. Números de Suerte 3, 5, 6, 26, 37, 48"


Puta la wea


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